DESDE EL COMIENZO...

Corría el mes de octubre de 1979 cuando nace el Instituto Privado Pía Didomenico, como un Jardín de Infantes.

Fundado por su actual conductora, la profesora Norma Edith Pohl de Tello, iniciamos el primer año lectivo en marzo de 1980 en el antiguo edificio de calle Esquiú 427.



Su fundadora, rescata del olvido la figura de una gran mujer, la primera maestra jardinera de nuestra provincia: Pía Adela Didoménico. Su espíritu pionero fue, desde el primer día, nuestra inspiración y ejemplo.

¿Quién fue Pía Didoménico?

Pía Adela Didoménico nació en 1871, en la ciudad de Iquique, peruana en aquel momento. Una injustificada guerra que desbastó su solar natal, la dejó huérfana. A los siete años de edad llegó a estas tierras, con su carita de niña juguetona y de ojos tristes. Podría decirse que nació para Catamarca, junto a la Escuela Normal fundada en el mismo año y de la que egresó a los 18 años con el título de Maestra Normal.
Luego se trasladó a la ciudad de Paraná donde obtuvo, dos años más tarde, el título de Profesora de Jardín de Infantes.
En la ciudad de Goya (Corrientes) se inició como docente, allí permaneció hasta el año 1900 cuando regresa a Catamarca como una hija adoptiva y pródiga, para entregarle lo mejor de su espíritu.
Se incorpora al anexo a la Escuela Normal, como Directora y Maestra de la única sala de Jardín de Infantes, con 60 alumnos, costeando personalmente el mobiliario.
A esta noble dama la adornaron valores inigualables. Poseedora de una elevada cultura y de un temple especial para guiar a los pequeños niños y niñas, quienes veían en ella “la dulce voz, la mirada suave y la entrega generosa”.

Amplia fue su tarea educadora. Se la contó como profesora de varias asignaturas y proyectándose más allá de la cátedra, ejerció la Presidencia del Consejo General de Educación y la Presidencia de la Biblioteca Provincial “Dr. Julio Herrera”, entre otras actividades.



Viajo por Europa, Asia, Africa y América, y su rectitud en el cumplimiento del deber era tal, que no faltó a sus obligaciones ni en el día de su casamiento.

Efectivamente, contrajo matrimonio con Rafael Arch, hombre de trabajo, de dotes personales muy delicadas, a tal punto que en ese hogar se respiró una inalterable paz, fundada en el amor al trabajo y al conocimiento, que le granjearon a ambos, el aprecio y la simpatía de cuantos los conocieron.


El Nivel Inicial y sus salitas de 3, 4 y 5 años, marcaron el camino que transitaron muchos niños catamarqueños en los primeros 13 años de fecunda labor.